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Disciplina

La artes marciales no tienen como objetivo la lucha. El principal objetivo de las artes marciales modernas de Japón, o Gendai Budo, es el de formar personas íntegras.

Nos hemos acostumbrado a obtener los resultados rápido. A que todo es sencillo, a que todo es inmediato. Pero la vida no es así, al menos no siempre. Los niños deben aprender a gestionar sus frustraciones, a comprender que para conseguir algo, uno debe poner de su parte. Hay un dicho que dice “La vaca no da leche, hay que ordeñarla”. A través de las artes marciales intentamos transmitir este espíritu de esfuerzo y superación a los pequeños y pequeñas para que el día de mañana sean capaces de superar los obstáculos que sin duda alguna se encontrarán, pues forman parte de la vida.

Aprendizaje por cooperación

Aikido tiene la particularidad de que su estudio se realiza por cooperación entre los dos practicantes, atacante y defensor, uke y tori. Esto es poco habitual en nuestros días, dominados por organizaciones que buscan resultados que se traduzcan en valores económicos. Incluso la escuela de hoy en día, en su mayoría, se basa en métodos competitivos(números clausos, agrupaciones por nivel, concursos, comparativas).

No juzgamos el sistema competitivo, pero si valoramos que se equilibre esta situación, brindando al niño o niña un espacio en el cual no deba competir con otros, si no solamente consigo mismo. El objetivo aquí es la autosuperación, junto al resto de compañeros.

Etiqueta

Saber estar, saber ser, es una máxima de la educación. Aikido brinda un espacio idóneo para este estudio. En una clase de Aikido se suceden momento de máxima actividad con momentos de calma. Además, existe todo un protocolo para entrar al tatami, saludar, iniciar la clase, dejar los zapatos, salir del tatami, etc. 

El protocolo o la etiqueta permiten al practicante alcanzar un grado máximo de confianza cuando está en el Dojo. El niño o niña saben que ocurrirá y como ocurrirá, en cuanto a todos los aspectos organizativos. De esta forma, pueden centrarse al máximo en aprender y además pueden estar tranquilos.

Hay un dicho que dice así: “La etiqueta conduce a la confianza, y la confianza conduce a la amistad.”

Un pequeño que aprende a ser cordial con los demás, a cuidar el espacio que usa y a respetar momentos de silencio entre juego y juego, está consiguiendo mucho para su futuro.

Autoestima

La seguridad en si mismo hace que los pequeños experimenten y se relacionen socialmente sin miedos. Un niño seguro de si mismo será capaz de alcanzar sus objetivos de forma tranquila y racional. Un niño con miedo actuará para llamar la atención de sus mayores y se reprimirá delante de sus iguales, generando frustración.

La seguridad en uno mismo es la mejor arma para alcanzar la paz. Formar a los niños en artes marciales, que conozcan su potencial, que se sientan seguros, es la mejor forma de alcanzar un mundo pacífico. Normalmente, la agresión tiene como origen el miedo.

Conexión

No vivimos aislados. La vida, el mundo, están basados en las conexiones con los demás y con todo lo que nos rodea. La filosofía del Aikido y su práctica fomentan la atención y la sensibilidad. El practicante de Aikido debe ser capaz de percibir cual es la intención del atacante y actuar sin chocar con esa intención.

Este trabajo nos permite, si lo interiorizamos, caminar por la vida sin excesivos enfrentamientos, adaptándonos o armonizando nuestras acciones para que nuestro camino no encuentre obstáculos.

Equipo humano

Para lograr esto, tenemos la suerte de contar con profesores de Aikido en nuestro Dojo que también son Maestros Universitarios de Escuela, especialistas en Educación Física, para garantizar una educación de calidad con garantías, integradora, y que respete los ritmos del niño.

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