Las enseñanzas de Luis Mochón sensei este fin de semana han señalado la importancia de estudiar los principios del Aikido para profundizar realmente en la práctica. Iniciaba el primer keiko citando las palabras de su maestro Endo sensei: –«Estudiad 10 cosas en cada movimiento»-. Como ejemplo mostró que durante un ejercicio de katatedori-tenkan, simple en apariencia, podemos estudiar muchos aspectos; la sincronía con el ataque, el dejar pasar el kimochi de uke, el posicionar el propio kimochi por encima del punto de contacto, el desplazamiento de los pies en una forma libre, la distancia, el tener una postura vertical,el trabajar sobre uno mismo y no sobre el uke.
Si nuestro estudio no profundiza de esta forma, no estamos aplicando la metodología del Aikido apropiadamente. El kata debe ser la llave que nos ayude a acceder a principios universales, la técnica correctamente estudiada debe conectarnos con la función. Con frecuencia hemos escuchado a Luis sensei decir también –«Cada técnica debe ser una puerta al infinito»-. La atención exclusivamente centrada en la forma nos proporcionará un aprendizaje muy limitado. Es importante entender que primero es la emoción y luego la forma. En todo arte la forma es la materialización de un sentimiento, que impulsa una acción, la acción se materializa en una forma. Un pintor expresa ideas y sentimientos para crear una pintura, no al revés.
Luis sensei pidió que dejásemos de estudiar como principiantes: –«Si durante 10 años estudio permaneciendo estático en el momento del encuentro y ejecutando movimientos con rigidez, el día que por sorpresa aparezca un agarre o un golpe así será la forma en la que actúe»-. Esta forma de practicar limita las posibilidades de integrar los principios en nuestros movimientos.
El sensei explicó que Miyamoto Musashi desarrolló una metodología que se apoyaba tan sólo en 5 formas, «Itsutsu no omote», para a partir de ellas, trabajando con suavidad, aprender a usar el cuerpo libremente y desarrollar una mente «natural». Esta metodología es igualmente aplicable al Aikido.
También habló de Miyamoto Musashi como un ejemplo de que entregarse al estudio de una vía en profundidad es la puerta a un conocimiento y destreza universales. Musashi consagró su vida al estudio de la vía de la espada y sus pinturas y esculturas son muy reconocidas también y, sin embargo, nunca estudió estas disciplinas si no que puso en práctica aquello que su estudio de la vía le había hecho integrar. ¿De qué forma hemos de aproximarnos al estudio del Aiki para que el poso de nuestro aprendizaje sea así de profundo? En relación a esta reflexión el sensei citó también al monje zen Takuan Soho: –«Los principios y la acción son como las dos ruedas de un carro».- Los principios están relacionados con el estado de nuestra mente. El estado de la mente que perseguimos es la «no mente». La acción debe ser la materialización de los principios.
Durante el estudio de los principios destacó la atención al vacío, y en qué forma podemos encarnarlo en la práctica. El vacío no es nada, es la ausencia de algo. Para Luis sensei es algo sencillo, tiene que ver con quitar algo que estaba en un lugar previamente. Para generar ese juego de lleno-vacío usamos nuestro cuerpo y nuestra intención. Para experimentar el vacío, un estadío inicial es experimentar el «lleno». Al igual que para experimentar la libertad en la práctica hay un estadío de limitación de ella, que se experimenta al ceñirse a una forma concreta a través del kata. Así, para generar vacío previamente debemos hacer uso de la posición de nuestro cuerpo o nuestro kimochi.
Otra llamada a la reflexión fué la de estudiar «la ventaja». El estudio del Aikido surge de la debilidad. Por tanto hemos de modificar el espacio para crear el lugar en el que somos poderosos. Ese lugar que construimos debe llevar a Uke a estar incómodo constantemente. Las herramientas para ello son lo que el sensei llama «el alfabeto de Endo sensei», refiriendose al ki musubi, el uso de la posición y la distancia, el timming, etc, refiriéndose a las herramientas base de la práctica.
Estas ideas han sido el hilo conductor de una práctica que no ha bajado en intensidad pese a la calidez de los días. Sensei y estudiantes han hecho de este un encuentro lleno de aprendizajes una vez más. Un sentido agradecimiento a Luis Mochón sensei por la clarividencia y la generosidad de sus enseñanzas, a Guillermo Balderas sensei por una impecable y acogedora organización, y a cada uno de los aikidokas que hacen que la calidad de la práctica alcance cotas verdaderamente elevadas.
por Candela Torres Subirá