“No conoceré el miedo. El miedo mata la mente… Allí por donde mi miedo haya pasado ya no quedará nada. Sólo estaré yo”. Frank Herbert. Dune.
El miedo es el mayor obstáculo para el aikidoka. Miedo a fracasar, miedo a sufrir daño. Se materializa de muchas formas. La más común es el uke resistente o el uke que se tira. Pero existe también el miedo en tori. Se manifiesta como ego, pero esconde un miedo al fracaso y aparece como uso de la fuerza y la lucha. Incluso existe en tori el miedo a dañar.
Siempre que tori y uke actúen bajo los principios del Aikido, no hay posibilidad de daño. No se trata de un código moral. La moral puede llevarnos a interesarnos por el Aikido, y eso está bien, pero una vez en la práctica, debemos abandonar toda limitación y ceñirnos a los principios. El Budo de Ueshiba contiene todo lo necesario de forma natural.
Cuando aparece el miedo, cuando resistimos, cuando no entramos, cuando forzamos una situación, seamos tori o uke, sabemos que hemos fracasado y que debemos profundizar en el estudio.
En Aikido rara vez hay lesiones. En el caso de que sucedan, el miedo es el origen del 99% de ellas. Aikido no debe lesionar. Pienso que el Aikido, conectado, de forma seria, teniendo en cuenta algunos aspectos, se puede practicar hasta edades avanzadas.
Y no hablo de simple coreografía. Los que conocéis mi práctica sabéis que busco la conexión, el contacto en la forma en que aparezca y agradezco un ataque poderoso. Nuestra práctica requiere del conflicto. Debemos aprender a ser poderosos sin volvernos rígidos. He practicado muchas formas de Aikido hasta que descubrí una práctica potente y a la vez fluida. Éste es mi camino.
En mi visión, Aikido no trata de luxaciones. Se basa principalmente en la conexión y el desequilibrio. Debemos convertirnos cada vez en más eficaces sin luchar, a través de la fluidez. Esto es muteiko, no resistente e irimi, entrar, avanzar. Ante esto, el principal trabajo es sobre uno mismo. “Masakatsu agatsu”. Victoria sobre uno mismo, cómo explicaba O’Sensei.
Es importante tomar conciencia de que para que nuestra práctica mejore, debemos dejar de lado nuestro ego y nuestros miedos.
Dojocho Seishin Aikido Mallorca
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